EL LIDERAZGO NO ES GESTIÓN
Especialmente en nuestra vida laboral, a menudo usamos los términos líder y gerente de manera intercambiable. De hecho, aunque estos conceptos coinciden en muchos puntos, no significan lo mismo.
El liderazgo se refiere a un rango. Un gerente es una persona que supervisa el trabajo y el desempeño de un determinado grupo de personas, que es un experto en su campo, que es responsable de las personas que trabajan bajo su cargo y que se encarga de dirigirlas de una manera que aumente la eficiencia de la empresa en cuestión. Sin embargo, el liderazgo no se trata solo de experiencia y rango. A veces no se necesita jerarquía. Entre un grupo de empleados, a menudo encontramos personas con cualidades sobresalientes de liderazgo que inspiran a sus colegas de diversas maneras. Entonces, ¿cómo definimos realmente el liderazgo?
Las habilidades de pensamiento estratégico y el conocimiento son cualidades esenciales para ser un buen gerente en el área. Sin embargo, ignorar las emociones, examinar solo datos concretos y técnicos, permanecer en el plano cognitivo y pensar en lo lógico; contrariamente a la creencia popular, no constituye un conjunto de acciones correctas para el liderazgo. Un buen líder sabe que las personas son la parte más importante del "negocio" y que las personas son seres emocionales, no solo robots racionales.
Estas son algunas diferencias entre un líder y un gerente:
Cada pensamiento y comportamiento enumerado anteriormente como características de un buen líder entra en el ámbito de la Inteligencia Emocional, que es el conjunto de habilidades más allá de nuestra capacidad cerebral cognitiva y analítica. El desarrollo de la Inteligencia Emocional agrega muchas competencias que permitirán a la persona desarrollar habilidades de liderazgo en paralelo con estas.
Experimentar la Inteligencia Emocional es un paso importante para convertirse en un buen líder, generar un fuerte impacto en las personas y aumentar la eficiencia de su organización.