El liderazgo no es solo gestión

EL LIDERAZGO NO ES GESTIÓN


Especialmente en nuestra vida laboral, a menudo usamos los términos líder y gerente de manera intercambiable. De hecho, aunque estos conceptos coinciden en muchos puntos, no significan lo mismo.

El liderazgo se refiere a un rango. Un gerente es una persona que supervisa el trabajo y el desempeño de un determinado grupo de personas, que es un experto en su campo, que es responsable de las personas que trabajan bajo su cargo y que se encarga de dirigirlas de una manera que aumente la eficiencia de la empresa en cuestión. Sin embargo, el liderazgo no se trata solo de experiencia y rango. A veces no se necesita jerarquía. Entre un grupo de empleados, a menudo encontramos personas con cualidades sobresalientes de liderazgo que inspiran a sus colegas de diversas maneras. Entonces, ¿cómo definimos realmente el liderazgo?

Las habilidades de pensamiento estratégico y el conocimiento son cualidades esenciales para ser un buen gerente en el área. Sin embargo, ignorar las emociones, examinar solo datos concretos y técnicos, permanecer en el plano cognitivo y pensar en lo lógico; contrariamente a la creencia popular, no constituye un conjunto de acciones correctas para el liderazgo. Un buen líder sabe que las personas son la parte más importante del "negocio" y que las personas son seres emocionales, no solo robots racionales.

Estas son algunas diferencias entre un líder y un gerente:


  • Los líderes consideran el largo plazo. Los gerentes se enfocan en objetivos específicos frente a ellos y, a menudo, piensan en el más corto plazo. Los líderes siempre tratan de ver unos pasos adelante.
  • Los líderes se dirigen a sí mismos primero. Los gerentes dan instrucciones a otros de acuerdo con sus habilidades existentes. Los líderes, en cambio, trabajan todos los días para mejorar a sí mismos y dar ejemplo a los demás.
  • Los gerentes se ocupan de sistemas analíticos y quieren asegurarse de que todo transcurra dentro de un cierto marco. Los líderes son más flexibles. Él es consciente de que las relaciones humanas y los objetivos individuales intervienen en el trabajo. Se preocupan por enfocarse en el lado “humano” de los procesos y eventos.
  • Los líderes crean cambio, los gerentes mantienen el statu quo. Los líderes no dudan en alterar el sistema existente para crear mejores condiciones. Los gerentes, por otro lado, a menudo son estrictos con las reglas, los procesos y las estructuras; no quieren que se rompa el orden.
  • Los gerentes establecen metas, los líderes establecen visiones. Los gerentes intentan controlar las situaciones y alcanzar un objetivo deseado mediante mediciones lógicas. Los líderes, en cambio, ven una realidad posible, desarrollan una visión para un propósito mayor que ellos mismos e inspiran a las personas con esta visión.

Cada pensamiento y comportamiento enumerado anteriormente como características de un buen líder entra en el ámbito de la Inteligencia Emocional, que es el conjunto de habilidades más allá de nuestra capacidad cerebral cognitiva y analítica. El desarrollo de la Inteligencia Emocional agrega muchas competencias que permitirán a la persona desarrollar habilidades de liderazgo en paralelo con estas.

Experimentar la Inteligencia Emocional es un paso importante para convertirse en un buen líder, generar un fuerte impacto en las personas y aumentar la eficiencia de su organización. 

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